BACTERIAS MULTIRRESISTENTES, RESPONSABILIDAD HUMANA
Con respecto a los antibacterianos, merece mencionarse que, en 1941, el optimismo reinante predecía que las enfermedades infecciosas serían combatidas gracias a la penicilina y a sus derivados. Sin embargo, el azar hizo que los Staphylo-coccus incorporen material genético de cepas diferentes, e incluso de bacterias de otros géneros, y poco tiempo después (1945) se detectaron Staphylococcus aureus insensibles a la penicilina (el antibiótico era destruido por sustancias producidas por las bacterias). En 1959, año en que aparecieron las penicilinas semi-sintéticas (meticilina), el 60% de los Staphylococcus aislados eran ya insensibles a la penicilina. Por lo tanto, considerando que en la actualidad casi todos los aislados de Staphylococcus de personas hospitalizadas, y más de 75% de las cepas de personas no hospitalizadas son insensibles a las penicilinas, los exámenes que determinen de sensibilidad de las cepas a los antibióticos (antibiogramas), son uno de los criterios fundamentales para el éxito del tratamiento de una infección bacteriana. En humanos, el uso indiscriminado de antibióticos participó en la diseminación, por ejemplo, de cepas de Staphylococcus aureus insensibles a todas las penicilinas naturales, semisintéticas y sintéticas (meticilina, amoxicilina, etc.), y dependiendo de la región, los niveles de cepas insensibles llegan al 80%. Se ha podido determinar que los riesgos mortales en personas infectadas por Staphylococcus aureus insensibles a la meticilina son superiores a los de las personas infectadas con variantes del mismo microbio pero sensibles a esa misma meticilina.
Por otra parte, para tratar infecciones urinarias por Escherichia coli, el abuso de antibióticos de la familia de las fluoroquinolonas desde principios de los 80, provocó que ya casi la mitad de las cepas aisladas no respondan a esta familia de antibióticos relativamente recientes. Además, el abuso de fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación, ha llevado a numerosos fracasos de tratamientos de gonorrea en Sudáfrica, Australia, Austria, Canadá, Francia, Japón, Noruega, Inglaterra, Eslovenia, y Suecia. Pudo también documentarse que el uso inadecuado de antibióticos ha originado complicaciones graves (neumonías, infecciones de la sangre e infecciones de recién nacidos, sobre todo en terapia intensiva) por cepas insensibles a la familia de carbapenems, que son uno de los últimos recursos terapéuticos para tratar Kleb-siella pneumoniae.
Un grave problema adicional de salud pública se puso de manifiesto al ponerse en evidencia, que para para aumentar el rendimiento para la cría de bovinos, gallinas y pescados, se decidió utilizar antimicrobianos de forma indiscriminada y descontrolada. La repercusión de antibióticos descontrolados en el agro se puso de manifiesto por ejemplo analizando aguas servidas de criaderos de animales de las que se aíslan permanentemente bacterias insensibles a una serie de antibióticos útiles para el tratamiento de infecciones humanas. Desde hace ya varios años las autoridades de la Unión Europea informan que los antibióticos no son factores de crecimiento para el ganado. Sin embargo, en las explotaciones agrícolas se siguen detectando abusos, que además del riesgo de dispersar desde los criaderos microbios insensibles al medio ambiente, hacen que los contactos de los trabajadores con animales multitratados o la manipulación de alimentos en los que puedan estar presentes microorganismos insensibles, se hayan convertido en una de las mayores fuentes de dispersión de microbios multirresistentes.
Según informes de la Agencia Europea del Medicamento, por ejemplo en España, se consumieron más de 3.000 toneladas de antibióticos en el 2015, de los cuales el 99% se administró a vacas, cerdos, ovejas, cabras, pollos y a otros animales destinados a la producción de alimentos. El 0,1% restante se utilizó para mascotas. Los informes indican que en la península se administraron 402 miligramos de antibióticos por cada kilo de carne producida (4 veces más que Alemania y casi 6 veces más que Francia). Sólo Chipre registró para uso agropecuario, un consumo de antibióticos más elevado que España.
PARTE II: BACTERIAS MULTIRRESISTENTES II
Comments
Post a Comment